miércoles, 20 de agosto de 2014

DIROFILARIOSIS

UNA ENFERMEDAD DE EXPANSIÓN

La dirofilariosis es una enfermedad producida por un parásito que afecta a perros y gatos. Tiene un carácter zoonótico ya que también puede afectar al hombre, por lo que es importante concienciar al propietario sobre el peligro de esta enfermedad, y señalarle los métodos adecuados de prevención. Es una enfermedad que afecta principalmente a las arterias pulmonares y al parénquima pulmonar, provocando lesiones en el corazón solamente en las fases más avanzadas de la enfermedad.
La filariosis animal presenta una distribución mundial. El hospedador definitivo es el perro, aunque también pueden ser infectados otros animales domésticos, como gatos o hurones. Existen varias especies de filarias. Entre ellas, Acanthocheilonema reconditum, acanthoilonema dracunculoides y Cercopithifilaria grassi, filarias patógenas cuyos adultos se alojan en la cavidad abdominal y peritoneal sin producir sintomatología. Por otro lado, Dirofilaria inmitis y Dirofilaria repens producen alteraciones patológicas en perros y gatos (dirofilariosis cardiopulmonar y dirofilariosis cutánea, respectivamente) y además presentan un carácter zoonótico, ya que también pueden afectar al hombre.

-Distribución.
Su distribución es variable. Dado que la dirofilariosis se transmite mediante la picadura del mosquito que previamente se ha alimentado de un animal infectado y se ha desarrollado hasta 1.3 (larva infectiva), su distribución esta determinada por la existencia de unas condiciones climáticas adecuadas de alta temperatura y humedad para el desarrollo del mismo. Así, Dimmitis se distribuye principalmente por zonas del sur de la Península Ibérica (Extremadura, Andalucía, Murcia, etc) y periferias de ríos y zonas de regadío como la ribera del Tormes o el delta del Ebro, teniendo la mayor incidencia en las islas Canarias. fuera de nuestras fronteras la distribución de D. immitis se considera mundial y se da en aquellas zonas en las que las condiciones climatologías favorezcan el desarrollo de los mosquitos de los géneros Aedex, Culex, Culiseta, en España se distribuye por la cuenca mediterránea e Islas Baleares, y se han detectado casos en el sureste, centro y oeste de Europa, siendo más prevalente en zonas cercanas al Mediterráneo, Asia y África.


Zona con riesgos de infección por Filariosis Canina



-Ciclo biológico.                                                                                                   
Dirofilaria inmitis es un nematodo largo y delgado, cuyos adultos residen en arterias pulmonares y ventrículo derecho del corazón del hospedador (figura 1). La hembra (13 a 30 cm) es mayor que el macho (9 a 20 cm). Desde la inoculación de la larva L3 por parte del mosquito hasta el estadio adulto en su localización final dentro del hospedador pueden pasar entre 4 y 9 meses. Los adultos pueden llegar a vivir uno 5-7 años y las microfilarias hasta unos dos años y las microfilarias hasta uno o dos años en la circulación sanguínea. demás, las filarias albergan la bacteria simbionte Wolbachia pipientis, que se encuentra en todos los estadios del ciclo del parásito y desempeña un papel determinante en la patogenia.
Dirofilaria repens es más pequeña; la hembra mide 10-17 cm y el macho, 5-7 cm. Los adultos se encuentran en el tejido subcutáneo formando nódulos que son indoloros y provocan escasa sintomatología (dermatitis generalizada,
alopecia localizada, rascado, frotamiento...) o, en casos graves, puede llegar a afectar a órganos internos, lo que dificulta el diagnóstico y favorece la diseminación de la enfermedad.


-Signos clínicos.
En general debemos estar atentos a cada animal susceptible que entre la consulta y presente síntomas generales a la enfermedad: tos, disnea, traquipnea, intolerancia al ejercicio, perdido de peso, síncope, hemopsis o epitaxis y ascitis. Sin embargo, es una enfermedad cuyo cuadro clínico tarda en aparecer, de modo que se presenta a partir del primer año de edad y no se hace evidente hasta pasados  varios años por por infección.
-Diagnóstico.
Para el diagnóstico de D. inmitis existen test rápidos que detectan antígenos específicos de hembras adultas. Se debe tener en cuenta que estos test no detectan machos ni filarias juveniles (menores de seis meses). La detección de microfilarias se puede realizar mediante la técnica denominada "gota gruesa" (se pone una gota de sangre entre un porta y un cubre y se busca la presencia de microfilarias al microscopio con el objetivo x10) (figura.2).



(figura.2). Test rápido. 

-Prevención.
La infestación por Dirofilaria immitis en el perro se puede prevenir de forma eficaz y segura; los cachorros deben empezar la profilaxis cuanto antes y nunca más tarde de los 2 meses de edad. Los productos utilizados para prevenir la filariosis son las lactonas macrocíclicas; estas interrumpen el desarrollo de las larvas que han sido transmitidas por mosquitos al perro durante los 30 - 60 días anteriores a su administración, por lo que se recomienda su administración por vía oral o vía tópica de forma mensual, o bien de forma anual mediante un preparado comercial de moxidectina inyectable (Guardian SR) que facilita el cumplimiento del propietario y el control por parte del veterinario. (figura 3 y 4)


(Figura.3) Tratamiento mensual filariosis.   (Figura.4) Tratamiento anual contra filariosis.

-Tratamiento
El tratamiento de la dirofilariosis consta de varios pasos enfocados a eliminar diferentes formas evolutivas del parásito presentes en el perro: las microfilarias, libres en el torrente circulatorio; las larvas migratorias, trasmitidas por los mosquitos y alojadas en la piel y fascias musculares, y las filarias juveniles y adultas, alojadas en las arterias pulmonares y corazón derecho.
El primer paso del tratamiento consiste en eliminar las larvas migratorias, ya que el fármaco adulticida no puede eliminar las filarias menores de 4 meses de edad. Si solamente se eliminaran parásitos adultos, éstos serían reemplazados en pocos meses por aquellas larvas que estaban en proceso de maduración y migración en el momento del tratamiento.
Desde que se diagnostica la enfermedad, y especialmente durante el periodo que dure el tratamiento adulticida, es absolutamente indispensable la restricción del ejercicio del animal para minimizar complicaciones derivadas de la muerte de los parásitos, especialmente durante las 4 semanas posteriores al tratamiento con melarsomina.
Para confirmar la eficacia del tratamiento se debe realizar un test de antígenos a los 6 meses tras la última dosis de melarsomina. Si han sido eliminadas todas las hembras, el test debe salir negativo.










Información recogida de folleto ELANCO/GRUPOASIS (Dirofilariosis una zoonosis emergente).
Auxiliares Técnicos Veterinarios Cristina López Algaba

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