miércoles, 26 de marzo de 2014

¿QUE ES LA DISNEA?

DISNEA

La disnea consiste en un aumento de la frecuencia, el rito y el carácter de la respiración. Los animales con disnea mantienen la boca y las narinas muy abiertas, sus mucosas están pálidas y la musculatura abdominal se agita con rapidez en cada respiración.
En algunos casos pueden tener fiebre, vómitos, dolor en el tórax, etc.
La disnea no es en sí una enfermedad, sino un síntoma de que está pasando algo en el organismo del animal. Las causas que lo provocan se puede clasificar en tres apartados:

  1. Cardíacas.
    La disnea es el principal síntoma de la insuficiencia cardíaca. De hecho, según el grado de disnea que presente el paciente se puede extrapolar, en parte, el grado de disfunción del corazón.
    También puede aparecer la denominada disnea de esfuerzo en animales normales que en un momento determinado realizan grandes esfuerzos físicos.

  2. Respiratorias.
     Las alteraciones de las vías aéreas superiores (nariz, laringe y tráquea) como, por ejemplo, tumores o deformación del tórax, pueden provocar dificultades en la respiración. Lo mismo sucede con las alteraciones de las vías aéreas inferiores (bronquios principales, bronquiolos y pulmón), como neumonía o cáncer de pulmón.
    La acumulación de aire o líquidos en el espacio pleural (hidrotórax, hemotórax, neumotórax, etc.) también pueden causar disnea.
  3. Otras.
  4. Entre las otras causas que pueden provocar disnea se encuentran las siguientes: anemia, desequilibrio, ácido-base, obesidad, intoxicaciones, golpe de calor, electrocución, etc.
-Aspecto del paciente disneo.
Cuando afecta a las personas, ésta describen la disnea como una sensación de pánico intensa, de ahí la expresión de ansiedad en la cara de los afectados. Suelen mantenerse de pie o tumbarse en posición decúbito esternal. Cuando están de pie es muy característico que mantengan la cabeza y el cuello paralelos al suelo, probablemente para que el aire entre con más facilidad en las vías respiratorias.

-Revisión completa.
Dado que la disnea es un síntoma de algo más, es necesario elaborar una historia completa del paciente para descubrir qué es lo que la provoca. Por ejemplo, la repetición habitual de los cuadros citados anteriormente en un gato podría indicar que el paciente padece la enfermedad denominada asma felina y sería necesario someterlo a tratamiento lo antes posible.
Los análisis complementarios deberían incluir: análisis de sangre y orina, radiografía torácica (en algunos casos será necesario una placa del cráneo), electrocardiograma, ecocardiograma, y punción del líquido pleural.

·Disnea inspiratoria:
La fase de inspiratoria es larga y forzada y se puede acompañar de estridor (sonido agudo al inspirar). Puede aparecer por obstrucción de las vías respiratorias superiores o por lesiones en el tórax.

·Disnea espiratoria:
En este caso es la fase espiratoria la que es prolongada y forzada. Se debe a la obstrucción de las vías respiratorias inferiores.


*Disnea. Dificultad para respirar que puede estar causada por enfermedades cardíacas, respiratorias o bien por ejercicio intenso, intoxicación, anemia, etc.



Información recogida de la revista ATEUVES.
Auxiliar Técnico Veterinario: Cristina López Algaba 

martes, 25 de marzo de 2014

LEPTOSPIROSIS

LEPTOSPIROSIS

La leptospirosis es una enfermedad causada por una bacteria que puede afectar a muchos animales, principalmente al perro, y que en gatos es poco frecuente. La leptospirosis es una enfermedad zoonótica, los que significa que puede transmitirse de animales a humanos. 
Existen varias cepas de bacterias del género leptospira que producen la enfermedad. Suelen vivir en áreas cálidas y húmedas y se encuentran a menudo en aguas estancadas. Los animales salvajes pueden ser reservorios de la enfermedad, por lo que hay que prestar especial atención a los perros que viven en el exterior o en zonas rurales, ya que pueden estar más expuestos a aguas contaminadas o animales salvajes.
La orina expulsada por los animales infectados contiene esa bacteria, que también se puede encontrar en otros fluidos corporales y tejidos. Los perros pueden infectarse por exposición al agua contaminada (a través de la ingestión o el contacto con las membranas mucosas o piel lesionada), la exposición a la orina de un animal infectado, heridas por mordedura y la ingestión de tejidos infectados,etc.

-Los signos de la leptospirosis.
La gravedad de los signos varia y depende, entre otros factores, del perro(edad, vacunación) o de la cepa de leptospira. Algunos animales pueden tener signos leves o ninguno, pero los casos más graves pueden llegar a ser mortales. Los principales signos son:

·fiebre
·dolor articular o muscular
disminución del apetito
·debilidad general
·vómitos y diarrea
·descarga de la nariz y ojos
·micción frecuente
·ictericia

-Diagnóstico.
Para obtener un diagnóstico definitivo es necesario demostrar la presencia de la bacteria en las muestras recogidas, por lo general la orina, o bien se deben buscar niveles crecientes de anticuerpos a leptospira con el tiempo., para demostrar así que existe respuesta inmunitaria activa.
Otras pruebas de laboratorio, así como radiografías pueden ayudar a confirmar el diagnóstico.

-El tratamiento de la leptospirosis.
El tratamiento de la leptospirosis habitual incluye la utilización de antibióticos para matar las bacterias y se suelen dar en dos etapas: un antibiótico para tratar la infección inicial seguido por otro para combatir la diseminación de bacterias en la orina. Cuanto antes se inicie el tratamiento, más posibilidades tendrá el animal de recuperarse.

-Cuidados de una mascota con leptospirosi.
En las personas, la leptospirosi puede causar síntomas similares a la gripe y, en algunos casos, puede progresar y convertirse en una enfermedad grave. Por este motivo, si la mascota ha sido diagnosticada con leptospirosi, la mejor manera de controlar la posible infección es manteniendo una cuidadosa higiene. Igualmente, hay que prestar mucha atención a los animales que no muestran signos de infección, ya que esto significa que no ha recibido tratamiento y pueden estar eliminando bacterias a través de la orina.

-Prevención.
Existe una vacuna contra la leptospirosis que, si bien no protegen contra todos los tipos de leptospira, se recomienda aplicar en áreas donde esta enfermedad es común para ayudar a prevenir una enfermedad potencialmente grave que puede transmitirse a personas.



Medidas de control
Si la mascota ha sido diagnosticada con leptospirosis, se recomienda tomar las siguientes medidas para evitar que contagie la enfermedad:

  1. Evitar el contacto con la orina, si es posible, y usar protección en caso de necesitar manipularla.
  2. Las medidas higiénicas han de ser muy estrictas y hay que lavarse las manos cuidadosamente.
  3. Es necesario desinfectar las superficies donde las mascotas infectadas han orinado, con desinfectante antibacteriano o una solución de lejía diluida.








Información recogida de la revista ATEUVES.
Auxiliar Técnico Veterinario: Cristina LópezAlgaba

LA TOS DE LAS PERRERAS

LA TOS DE LAS PERRERAS

La tos de las perreras es una enfermedad respiratoria que afecta  a los perros. Resulta altamente contagiosa y pueden causarla numerosos agentes infecciosos como virus, bacterias, microplasmas, hongos y parásitos. También se conoce con el nombre de traqueobronquitis infecciosa y se disemina fácilmente entre perros que están en estrecho contacto, como ocurre en las perreras, hospitales o albergues caninos.

-Patógenos complicados.
Los agentes infecciosos más comunes implicados en la enfermedad con la bacteria Bordotella brocinseptica, el virus de la parainfluenza canina y adenovirus canino 2 (AVC-2). Estos agentes se adhieren a los cilios protectores de la tráquea y pueden llegar a destruirlos.
De ahí al desaparecer la protección, la infección se extienda a través de la saliva y de las secreciones.

-Signos clínicos.
En realidad podemos decir que la tos es de las perreras es un síndrome, es decir, un conjunto de síntomas y signos clínicos. Los perros afectados tienen una tos seca y áspera que puede seguir co arcadas y ahogos, a veces con expulsión de flemas espumosas blancas. Dicha tos empieza a os 3 o 4 días de entrar en contacto con el organismo patógeno y si no se pone remedio, se puede prolongar durante semanas. Por lo contrario, si se actúa de forma adecuada no suele durar más de 15 días.
Hay que tener en cuenta que la enfermedad es particularmente dañina en cachorros y en perros muy viejos, ya que les pude producir complicaciones respiratorias.
Los animales afectados también pueden mostrar otros signos como; ruidos característicos de bronquitis en la auscultación, aumento de la temperatura corporal (hipertemia), falta de apetito (anorexia), decaimiento o vómitos.
Los pacientes con tos de las perreras tienen la tráquea muy sensible, por lo que hay que tener cuidado con las correas: un simple tirón puede iniciar un espasmo de tos.

-Tratamiento.
El tratamiento par ala tos de las perreras está dirigido a controlar la tos y en consecuencia, a reducir el daño que se le pueda provocar en la tráquea. Los casos más graves necesitarán antibiótico; otros pueden necesitar antiinflamtorios para suavizar la inflamación de las vías respiratorias.
Si el caso es leve no requiere tratamiento, y casi siempre el perro se recupera en 5-20 días. Tan solo hará falta seguir unas sencillas recomendaciones como mantener al animal en reposo, evitar situaciones de estrés, corrientes de aire y cambios bruscos de temperatura.

-Prevención.
Para evitar la aparición de la enfermedad se debe vacunar al animal, sobre todo antes de que empiece el invierno y si el propietario tiene pensado alojar al animal en alguna residencia canina.
Por otro lado, se pueden seguir unas sencillas recomendaciones como no salir a la calle con lluvia y, si hace mucho frío, conviene abrigar a la mascota. También es mejor que los cachorros no acudan a lugares frecuentados por otros perros hasta que el veterinario lo indique.


·El problema del hacimiento.
La tos de las perreras no es una enfermedad que se transmita a las personas, si bien a veces se ha comparado con la gripe humana, ya que se contagia de forma parecida a través del aire (con los estornudos), o bien por contacto directo (nariz con nariz). Al igual que sucede en las personas, es más probable que se contagie en aquellos lugares donde exista una mayor concentración de perros como, por ejemplo, tiendas, criaderos, parques e incluso en exhibiciones caninas (de ahí su nombre común).
Los cambios bruscos de temperatura, la humedad, el estrés también son factores ambientales que pueden contribuir a la aparición de la enfermedad, ya que debilitarán el sistema inmunitario del perro y facilitarán la entrada en el organismo de los patógenos.





Información recogida de la revista ATEUVES.
Auxiliar Técnico Veterinario: Cristina López Algaba

viernes, 21 de marzo de 2014

LA MONITORIZACIÓN EN ANESTESIA, ¿DONDE DEBEMOS MIRAR?

LA MONITORIZACIÓN EN ANESTESIA, 
¿DONDE DEBEMOS MIRAR?

A LO LARGO DE ESTE ARTÍCULO CONOCEREMOS LOS PRINCIPALES PARÁMETROS QUE SE MIDEN DURANTE LA MONITORIZACIÓN EN LA ANESTESIA, QUE INDICAN Y CUÁLES SON SUS APLICACIONES CLÍNICAS.

Hoy en día, en medicina humana no se entiende una anestesia general sin la adecuada monitorización. Sin embargo, en medicina veterinaria estos avances han tardado en introducirse en la clínica. Además, si bien muchas de las técnicas de monitorización de medicina humana se han empleado en veterinaria, nuestros pacientes son muy diferentes y nuestra realidad clínica lo es aún más. A continuación vamos a profundizar en los medios, tanto técnicos como humanos, que tenemos en nuestro alcance, para obtener el máximo partido de ellos. 

¿Que se busca en la monitorización durante la anestesia?

Es importante tener claro cuáles son los objetivos de la monitorización anestésica. Estos, y la manera de alcanzarlos, pueden variar según la fase en la que se esté.
De este modo, en la premedicación se busca el funcionamiento correctos de los órganos como el riñón o el hígado (para la correcta metabolización y eliminación de los anestésicos), así como producir menor impacto cardiovascular posible.
En el periodo proanestésicola atención se centra en monitorizar el grado de confort o evaluar el grado del dolor que pueda sentir el paciente. 
Sin embargo, si nos encontramos en el periodo intraanestésico es clave monitorizar: 
  • La profundidad anestésica o grado de hipnosis.
  • La analgesia y ausencia de respuesta motora.
  • El grado de perfusión y oxigenación de los tejidos.
Según los objetivos, se deducen los tres órganos diana de la monitorización: 
  1. Sistema nervioso, para valorar el grado de hipnosis de la monitorización.
  2. Sistema cardiovascular, para valorar el transito y la entrega de oxígeno en los tejidos.
  3. Sistema respiratorio, para valorar la captación y eliminación del oxígeno y CO2.
Si se monitorizan correctamente estos tres órganos se tendrá una anestesia controlada y con escasos efectos adversos sobre el paciente.

Sistema respiratorio.
Durante una anestesia el objetivo del sistema respiratorio es realizar adecuadamente la captación de O2, la eliminación de anestésicos inhalatorios.

El electrocardiograma refleja la actividad eléctrica del corazón pero no la mecánica, Se puede tener un ECG normal y un gasto cardíaco muy comprometido. 

A continuación hablaremos de los métodos de monitorización del sistema respiratorio.
-Pulsioximetría.
El pulxiómetro emite una serie de rayos (rojos e inflarojos) que, al travesar un vaso sanguíneo, informan de en que medida está saturada de O2 la hemoglobina, en forma de porcentaje.
Se puede obtener falsamente disminuido debido a diversos factores (vasoconstricción de un fármaco como un a2-agonista; incisión directa de otro tipo de luz sobre la pinza. etc.) Para una correcta lectura el lugar de la aplicación no puede estar pigmentado. Durante la anestesia, y en general un animal que esta respirando O2 al 100% debe tener una saturación mayor del 97%. En ausencia de este monitor el método de valoración manual de la oxigenación es la observación del color de las mucosas. Se ha probado que la apreciación visual de las mucosas es un método poco sensible para este fin. Una cianosis visible para nosotros es un síntoma tardío de hipoxia.

-Capnografía.
La capnografía mide el CO2 que espira el paciente, cuyo valor debe estar entre 35 y 40mm Hg. Ofrece además una curva que refleja su ventilación. Con todo ellos es posible evaluar objetivamente la función ventilatoria del animal. Valores menores de lo normal son indicativos de hiperventilación (frecuencia respiratoria elevada o alto volumen de inspirado en cada ventilación), bajo gasto cardíaco (al no estar bien perfundido el pulmón no ejerce adecuadamente la función de intercambio de gases), obstrucción de la vía aérea, hipotermia, etc. Los valores mayores de lo normal reflejan depresión respiratoria, algo muy común en mayor o menos medida en pacientes anestesiados (esto es un hallazgo frecuente en animales mantenidos en ventilación espontánea, máxime en pacientes obesos, con alteraciones pulmonares previas). La hipercapnia (elevación de CO2 espirado) también puede producirse por una sobredosificación de fármacos o por la elección de un circuito o un flujo de gas fresco inadecuado.

-Gases anestésicos.
El porcentaje de gas anestésico espirado por el paciente es el que informa de sus niveles reales en sangre. La concentración media de isofluorano requerida para tener un adecuado grado de hipnosis en la especia canina es de 1,3 % y en la felina es de 1,6 %. Este valor de se denomina CAM (concentración alveolar mínima). Sin embargo, el porcentaje que necesita cada animal está sujeto a variación individual, interracial y a diferentes situaciones clínicas (edad, hipertemia, fármacos concurrentes, desequilibrios electrolíticos, etc.).
Por ello, el gas anestésico administrado se cifra demanda (buscando una dosis efectiva pero que, mediante el uso de otras herramientas, reduzca los posibles efectos adversos).

Una cianosis visible para nosotros es un síntoma tardío de hipnoxia.

-Sistema cardiovascular.

Junto con el respiratorio se puede afirmar que es el sistema más importante para mantener la homeostasis de todos los tejidos.
El objetivo fundamental del sistema cardiovascular en anestesia es llevar el O2 y el resto de nutrientes a los tejidos. Para que esto se cumpla deben funcionar correctamente tres partes: la bomba cardíaca, el volumen de sangre circulando  y la difusión de sangre en los tejidos.

  • ECG. Si bien la monitorización cardíaca tiene como pilar fundamental el electrocardiograma (ECG) no se debe olvidar que éste refleja la actividad eléctrica del corazón, pero no la mecánica. Se puede tener un ECG normal y un gasto cardíaco muy comprometido.
  • Color de las mucosas y tiempo de relleno capilar (TRC). Estos son parámetros rápidos y sencillos de medir. Su vigilancia debe mantenerse desde la premedicación a la recuperación y el control posanestésico. En el caso, por ejemplo, de emplear a2-agonista en la sedación, las mucosas pueden aparecer pálidas debido a la vasoconstricción que producen estos fármacos.
    Una vez el animal esté en el mantenimiento anestésico, en que el agente hipnótico principal es hipotensor, su color se normalizará. No olvidemos pues, que estas medidas son reflejo directo de la perfusión periférica (que al fin y al cabo es el gran objetivo final).
  • Presión arterial (PA). En los últimos tiempos el objetivo ideal con respecto al PA durante la anestesia era mantenerla lo más próxima posible a la de un animal despierto. Sin embargo, se ha visto que esto no es completamente cierto, pues los requerimientos de un animal anestesiado no son los mismo que los de uno despierto. En cualquier caso, se podría tomar como referencia que se busca que la presión arterial media (PAM) sea mayor de 60 mm Hg. En ausencia de un monitor, la aproximación clásica manual a la valoración de la PA es la toma de pulso. El registro de la fuerza, regularidad, igualdad, simetría y sincronía (pulso FRISS) del pulso es muy importante, ya desde el momento de la valoración preanestésica. Pero no se debe olvidar que la fuerza del pulso deriva  a la diferencia entre la sistólica (PAS) y la diabólica (PAD), por lo que un pulso fuerte puede producirse aun teniendo una hiper o hipotensión. Por tanto, un pulso de buena calidad, por ejemplo valorado en la arteria dorsopedal, es un dato adicional y complementario a la medición de presiones, no sustitutivo.
    Al revisar los objetivos de la monitorización, concluimos de nuevo que el objetivo final es el transporte adecuado de O2 y nutrientes, es decir una adecuada perfusión. Para valorar si se logra el objetivo se deben recopilar todos los parámetros de la exploración visual y la monitorización. Aun así, para tener la certeza de que la perfusión es adecuada, sería necesaria información adicional a la aquí explicada (como la medición de lactato en sangre o la realización de una gasometría sanguínea).
  • Sistema nervioso.
    El órgano diana fundamental de todos los anestésicos hipnóticos es el sistema nervioso central (SNC). Para evaluar el grado de hipnosis o de analgesia del paciente se debe monitorizar el SNC, para saber el efecto o impacto que ha tenido cada fármaco en cada paciente, ya que puede variar según la raza, edad situación clínica, etc.

EL DOLOR SE PUEDE MANIFESTAR MEDIANTE UN AUMENTO DE FRECUENCIA CARDÍACA O RESPIRATORIA, CAMBIOS EN EL PATRÓN RESPIRATORIO O UN AUMENTO DE LA PRESIÓN ARTERIAL.


  • Valoración del grado de hipnosis.
    A lo largo de una anestesia se debe realizar una vigilancia periódica del grado de hipnosis. Independientemente de la monitorización de la que se disponga (salvo en el caso de emplear un monitor de estado de consciencia) y de no ver cambios en el gás anestésico u otros parámetros, este punto de vigilancia es básico.
    La posición del ojo, junto con la presencia o ausencia del reflejo palpebral y/o corneal, dan esta información.
    El ojo, a medida que avanza el grado de sedación, pasa de una posición central a ventromedial. Al seguir profundizando vuelve a la posición central, y está ya en ese punto en ausencia del reflejo palpebral y con la pupila más dilatada. El reflejo corneal es el último en desaparecer.Por supuesto, ante cualquier cambio (en frecuencia cardíaca, respiratoria, PA etc) el grado de hipnosis debe ser siempre analizado. El índice biespectral (BIS) es un monitor que determina el grado de consciencia mediante el estudio del electroencefalograma, y aunque no de forma muy común, sí es un monitor empleado en medicina veterinaria.
    La posición del ojo informa sobre el grado de hipnosis.

  • Valoración del grado de anestesia.Este es, sin duda, uno de los pilares de la anestesia que queda aún por resolver: saber si el paciente puede estar sufriendo dolor durante la anestesia. Durante una anestesia debemos permanecer vigilantes a cualquier signo del dolor, por razones éticas obvias y por la ampliación orgánica que puede suponer un estímulo simpático.El dolor se puede manifestar mediante un aumento de frecuencia cardíaca o respiratoria, cambios en el patrón respiratorio o un aumento de la PA. La percepción del dolor hace que se liberen catecolaminas, cuyo efecto en el gasto cardíaco suele ser perjudicial (disminuyéndolo).Es importante, ante este tipo de respuestas, además de reforzar la analgesia según se requiera, comprobar que no se ha producido por una falta de plano anestésico concomitante, en cuyo caso habrá que acompañar los fármacos analgésicos de hipnóticos (agente volátil o inyectable).



Auxiliares Técnicos Veterinarios: Cristina López Algaba
Información recogida de la revista ATEUVES

martes, 18 de marzo de 2014

LA ATOPIA EN LAS MASCOTAS.


La dermatitis atópica es una patología dermatológica crónica bastante frecuente en perros y gatos. El auxiliar veterinario debe conocer todos los aspectos relacionados con esta enfermedad para poder aconsejar al propietario correctamente.



 Vamos a presentar una situación cada vez más habitual en nuestras clínicas y que seguramente a la mayoría de vosotros os resulta familiar. Llega a consulta una propietaria con bulldog francés adulto joven, Roco, cómo desde hace unos días su perro se rasca y se lame con fruición. Y antes de que podáis darle los buenos días os enseña las orejas y el hocico del perro, colorados, y esos "granitos que le han salido en la barriga". Por no hablar de que se pasa el día lamiéndose las patas y el trasero como si le hubiese picado una pulga. Así que de paso os dice (sin que todavía hayáis podido abrir la boca) que se ve que esta última pipeta antiparasitaria tan cara que le habéis recomendado no funciona porque Roco se sigue rascando. ¿Os suena?
Quizá os encontréis ante un perro que padece de dermatitis atópica. Pero, ¿que es la atópia?
Se trata de una predisposición genética a desarrollar una hipersensibilidad media por IgE frente alergenos ambientales. Es decir, una enfermedad alérgica. Y la dermatitis atópica es una manifestación cutánea de la atópia, con inflamación y prurito. Debéis tener en cuenta que tantos perros como gatos alérgicos suelen manifestar síntomas cutáneos.
Y con esta introducción ya hemos visto algunas de las características de la dermatitis atópica en perros. Parece que existe cierta predisposición racial, pero no sexual. En algunos estudios están sobrerrepresentados los Bulldog Francés, West Highland White Terrier, Cairn Terrier, Boxer, Golden Retriever y Dálmata, aunque puede afectar a cualquier raza y también a animales mestizos. La edad a la que suelen aparecer los síntomas oscila entre los seis meses y los tres años e inicialmente puede ser de carácter estacional.
  • Síntomas.
El síntoma principal como podéis sospechar; es picor. En los perros suele asociarse a enrojecimientos de la piel y presencias de pápulas. Y las áreas corporales más afectadas en esta especie son (como nos contaba la propietaria de Roco) la cara, la parte cóncava de las orejas, la zona del cuello y del tronco desde las axilas a las ingles, aunque parece existir cierta variabilidad en la distribución de las lesiones según las razas.
En los gatos atópicos puede manifestarse como una dermatitis pápulocostrosa, con lesiones del complejo granuloma eosinofílico, alopecia simétrica autoinducida y/o excoriaciones en la cara, orejas y cuello.
Hay que tener en cuenta que los gatos con picor no suelen rascarse. En lugar de eso, aumentan el tiempo de lamido (recordad que su lengua es rasposa), acicalándose más. Por ello muchas veces los dueños son incapaces de detectar e prurito que padecen.

  • Origen.
El propietario entender que el diagnóstico de la dermatitis atópica es un diagnóstico clínico. Es decir, que no existe ninguna prueba laboratorial que determine si un animal es o no atópico.
El diagnóstico, por lo tanto, se basa en la historia clínica, los síntomas y la exclusión de otras enfermedades pruriginosas. Desde hace unos años se han elaborado una serie de criterios que se utilizan como ayuda para el diagnóstico de la dermatitis atópica canina. Si se cumplen cinco de los criterios mencionados, la sensibilidad del diagnóstico de la dermatitis atópica es de un 85% y una especifidad de 79%. Si se cumplen seis de los criterios, la especifidad es de un 89% y la sensibilidad baja a un 58%. (Recordamos que la sensibilidad de una prueba diagnóstica es la probabilidad de clasificar a un individuo enfermo, es decir, la probabilidad de que para un sujeto enfermo obtenga en la prueba un resultado negativo)


  • Tratamiento.
Para entender el efecto que se busca con las distintas opciones de tratamientos es necesario comprender el concepto de umbral de prurito. Se trata de la tolerancia individual a factores alérgico  y no alérgicos para iniciar una reacción prurítica. Es decir; cada animal tolera un determinado nivel de estímulos pruríticos sin arrascarse demasiado. Una vez superado ese umbral, se manifiestan los síntomas. Por lo tanto, el objetivo del tratamiento será actuar sobre los factores desencadenantes para intentar elevar el umbral de prurito evitando el malestar y la aparición de lesiones.

No existe un tratamiento único, cada caso es diferente y los procedimientos deben adaptarse a las características de cada paciente y cada cliente.

Por todo lo dicho hasta ahora habréis deducido que no existe un tratamiento único para los animales atópicos. Efectivamente, cada caso es diferente y los tratamientos deben adaptarse a las características de cada paciente y de cada cliente. El propietario debe saber que la atopia es una enfermedad crónica y, como tal, el objetivo del tratamiento no es la curación, si no lograr una mejoría de los síntomas y del bienestar de la mascota prestando mucha atención a las posibles recaídas.
Idealmente, debería evitarse la exposición a los alergenos, aunque en realidad esto resulta prácticamente imposible. Los principales alergenos responsable de la atopia son los pólenes y los ácaros del polvo y del almacenamiento. Quizá puede lograrse disminuir la carga ambiental de los mismo aspirando la vivienda con frecuencia, ventilando la casa, utilizando humificadores para disminuir la humedad ambiental y aerosoles acaricidas o evitando que el animal entre en contacto con hierva recién cortada, así como paseos por el campo al amanecer y al atardecer, sobre todo los días de viento.
Un buen baño una o dos veces en semana con champús terapéuticos, dejándolos actuar durante un mínimo de 10 minutos, consigue un efecto lavado sobre los antígenos depositados en la piel, ademas de calmar la inflamación y el prurito y mejorar el efecto de barrera cutánea.
También puede aplicarse lociones o pipetas con ácidos grasos, ceramidas y fitoesfingosina con el mismo fin, El veterinario indicará la frecuencia de aplicación tanto de los baños como de los proDUctos tópicos en función de las características del paciente. Hasta un 13% de los perros con dermatitis atopica puede tener una alergia o intolerancia alimentaria concurrente, por lo que siempre es aconsejable probar una dieta hipoalergénica de eliminación durante un mínimo de 8 semanas.
Deben tratarse las infestaciones por pulgas. Los tratamientos antiparasitarios externos se aplicarán mensualmente o incluso con mayor frecuencia dependiendo del producto y de la carga parasitaria ambiental.
Son frecuentes las complicaciones por infecta










Auxiliar Técnico Veterinario: Cristina López Algaba
Información recogida en revista ATEUVES

martes, 11 de marzo de 2014

LA ALIMENTACIÓN DEL PACIENTE CON CÁNCER


LA ALIMENTACIÓN DEL PACIENTE CON CÁNCER

El principal problema de los pacientes con cáncer es la pérdida de apetito, que a su vez puede conllevar una importante malnutrición. Satisfacer sus requerimientos nutricionales, así como intentar estimular su apetito, son dos de los objetivos que se persiguen en la alimentación de estos pacientes.

Cualquier enfermedad afecta al metabolismo del paciente, que se tendrá que adaptar a los cambios que la patología produzca en su organismo. Por lo general, con estos cambios el cuerpo busca adaptarse a la nueva situación para aumentar sus posibilidades de supervivencia. No obstante, estos cambios metabólicos a veces pueden ser muy intensos o alargarse en el tiempo, de modo que se vea comprometida la vida del animal.
Una de las consecuencias del cáncer, en concreto, es una pérdida importante de masa muscular que si no se trata puede llegar a ser irreversible.
Por lo tanto, uno de los principales objetivos de la alimentación en pacientes oncológicos será de estimular su apetito y ofrecerles alimentos con buen sabor y alta densidad energética.

-Caquexia.
En los pacientes con cáncer se puede hacer una distinción entre caquexia, una condición que se observa típicamente en estos, e inanición. En el primer caso, el organismo pierde tanta masa muscular como grasa en la misma proporción y al mismo tiempo, mientras que en la inanición se produce en primer lugar la pérdida de masa muscular. Estas alteraciones metabólicas persistirán a lo largo de la enfermedad, por lo que con una correcta alimentación lo que se pretende es minimizar los efectos de caquexia para que de este modo el paciente disfrute de una mejor calidad de vida.
Lo primero que hay que conseguir, por lo tanto, es que el animal coma y que lo haga lo antes posible. Si deja de comer de 3 a 7 días habrá que iniciar una alimentación forzada y, en algunos casos, utilizar una sonda esofágica/nasogástrica.

*Causas de la pérdida de peso.
La caquexia provocada por el cáncer no sólo es debida a na disminución de la entrada de alimentos en el cuerpo sino que también están involucrados cambios en el metabolismo producidos por las células cancerígenas, así como otros factores que vamos a ver a continuación.

*Cambios del metabolismo. Las células cancerosas tienen un metabolismo muy activo y compiten de forma muy eficaz con las sanas por los nutrientes, en especial, por el azúcar. Las células malignas se nutren con gran avidez de los azúcares pero de una forma menos eficiente que las células sanas, lo que obliga al organismo a producir una enorme cantidad de azúcares para satisfacer sus necesidades.


*Localización del tumor. En algunos casos, la ubicación del tumor puede impedir que el animal coma o digiera la comida de forma adecuada. Los que aparecen en la boda, por ejemplo, pueden dificultar la masticación, y los que se generan en el estómago o intestinos pueden producir vómitos o impedir la correcta absorción de los nutrientes.


*Quimioterapia. Algunos tratamientos que se utilizan para curar el cáncer son tan agresivos que causan náuseas o vómitos, mientras que otros pueden dañar las células que cubren el intestino. Los fármacos empleados pueden alterar el sentido del olfato o gusto del animal y hacer que desarrolle aversión hacia los alimentos, con las graves consecuencias que esto conlleva, sobre todo si pensamos en los gatos. Este fenómeno está bien documentado en los seres humanos: si tomamos un determinado alimento mientras estamos enfermos, después lo asociaremos con el malestar y ya no volveremos a ingerir.

*Radioterapia. A menudo se utiliza la radioterapia para tratar los tumores de la cavidad oral, lo que puede provocar ulceración de los tejidos, alteración de las glándulas salivares, inflamación de la lengua, etc. y, como consecuencia, dificultades para que los animales ingieran alimentos.

Hay que conseguir que el tiempo de las comidas sea lo más relajado posible. 
-Consejos para estimular el apetito.
Como no sabemos lo que pasa por la cabeza del paciente cuando rehúsa comer puede ser difícil encontrar la solución apropiada. A veces se puede buscar un alimento palatable o nuevo que el animal ingiera de forma voluntaria; en otras ocasiones es mejor recurrir a la alimentación artificial para evitar que la aversión hacia el alimento vaya en aumento. A continuación vamos a dar unos consejos generales sobre cómo manejar a estos pacientes, siempre teniendo en cuenta que no hay dos enfermos iguales y que cada uno tiene sus propias necesidades.

*Nunca hay que obligar a comer a un animal que muestre náuseas o malestar, ya que es el mejor mecanismo para que desarrolle aversión al alimento. En algunos casos se puede considerar la administración de fármacos antieméticos.

*Ofrecer alimentos nuevos. A pesar de que algunos pacientes se pueden mostrar reacios a probar un nuevo alimento, hay que intentarlo para que superen su aversión. Sin embargo, hay que hacerlo cuando el animal se sienta un poco mejor ya que si no, lo único que conseguiremos será transmitir el rechazo al nuevo producto.

*Cambio de localización. El paciente puede asociar un lugar determinado con experiencias desagradables por lo que, en algunos casos, cambiar la localización el come del comedero puede funcionar. Quizá al gato 
ya no le apetezca comer en la cocina pero sí lo hará en el pasillo o en el salón. Lo mismo sucede si el paciente está hospitalizado: convendría cambiarlo a otra salita diferente y allí tratarlo con cuidado y delicadeza para conseguir que coma por sí mismo.

*Mejorar el sabor de los alimentos. Los alimentos húmedos son más palatables que los secos, por lo que se puede administrar comida en lata o bien mojar los alimentos secos.
Igualmente, el calor hace que los alimentos enlatados sean más apetitosos ya que intensifica su aroma. Se puede calentar la comida en el microondas y mezclarla bien para que la temperatura homogénea y los animales no se quemen al ingerirla. Al escoger los alimentos habrá que tener en cuenta si la mascota tiene intolerancia hacia algún nutriente. Por ejemplo, los pacientes con problemas de riñón no toleran demasiada proteína en la dieta.

En algunos casos la ubicación del tumor puede impedir que el animal coma o 
digiera comida de forma adecuada. 
*Ambiente confortable. Hay que conseguir que el tiempo de las comidas sea lo más relajado posible. Ese no es el momento de administrar medicamentos ya que el animal enfermo puede asociarlos con la comida y rechazarla. No obstante, algunos fármacos se han de administrar con comida, por lo que habrá que ir probando con la mascota hasta encontrar el mejor modo de hacerlo.

*Facilitar la alimentación. Se puede dividir la comida diaria en varias raciones más pequeñas. Hay que asegurarse de que la mascota puede acceder con facilidad a los recipientes de la comida; en el caso de los gatos, convendría poner varios distribuidos por toda las casa. Si el animal lleva un collar isabelino se le quitará durante el momento de la alimentación para que acceda de forma cómoda al comedero.

  • Contenido nutricional de las dietas recomendadas.
Un animal con cáncer posee unos requerimientos básicos de nutrientes similares a los de un perro sano, por lo que en principio no es necesario cambiar de dieta a menos que el veterinario lo estime adecuado. En este sentido, es necesario indicar que todas las dietas recomendadas para pacientes con cáncer tienen una formulación adecuada. Recientemente un estudio elaborado por dos veterinarios especialistas en nutrición (diplomados por el Colegio Americano de Nutrición Veterinaria) compraba las diferentes dietas caseras y comerciales con las recomendaciones nutricionales que ofrecen la AAFCCO (Asociacion of American Feed Control Officials) y la NRC (National Reserarch Council). En sus conclusiones indicaron que no se ha podido demostrar que el uso de una dieta baja en carbohidratos mejore la supervivencia o afecte a al crecimiento del tumor, y que un contenido alto en grasas (como fuente de energía alternativa a los carbohidratos) es posible que no se bien tolerado por algunos animales y que puede producir trastornos digestivos. Tampoco debería emplearse carne cruda, sobre todo en pacientes con un sistema inmunitario debilitado (debido, por ejemplo, a la quimioterapia) ya que les podrían producir infección. El estudio también mostró que los ácidos grasos no aumentaban la supervivencia de los perros enfermos, si bien estas sustancias sí son beneficiosas en general y no suelen tener efectos adversos.
En sus conclusiones los autores también advirtieron del peligro de elaborar dietas caseras, ya que no tenían cantidades adecuadas de nutrientes. Sin embargo, la gran mayoría de las comerciales cumplían con los requisitos recomendados.

*Necesidades energéticas. Los estudios sobre las necesidades energéticas de los pacientes con cáncer son limitados pero no parecen indicar que aumenten de forma significativa, e incluso pueden reducirse según el tipo de cáncer es de forma individual y hay que tener en cuenta que pueden variar en función del estado en que se encuentre y del tratamiento utilizado para combatirlo.

*Conclusiones. Es esencial el apoyo nutricional al paciente con cáncer se inicie lo antes posible. Una nutrición adecuada puede hacer que el paciente responda mejor a la terapia y que también mejore su calidad de vida. Para que sea efectiva, las recomendaciones dietéticas específicas han de ajustarse a la fase en la que se encuentra la enfermedad, las necesidades energéticas, el estado nutricional y la capacidad o el deseo del animal de alimentarse.




APOYO AL PROPIETARIO.

Independientemente del tipo de cáncer que padezca el animal, es muy importante que el auxiliar sepa aconsejar y apoyar al propietario en todo momento. Igualmente, tendrá que resolver de forma adecuada todas las preguntas que pudieran surgirle. 
Por otro lado, hay que tener en cuenta que la palabra cáncer suele provocar gran ansiedad al propietario y esa inquietud se puede transmitir al animal, haciendo así que su recuperación no sea la esperada.





Información recogida de la revista ATEUVES

Auxiliar Técnico Veterinario Cristina López Algaba





jueves, 6 de marzo de 2014

CUIDADOS DE LOS PACIENTES GERIÁTRICOS

CUIDADOS DE LOS PACIENTES GERIÁTRICOS

A medida que los animales envejecen, necesitan atenciones especiales por parte del veterinario y auxiliar.
En general, las razas gigantes de perros tienden a envejecer con más rapidez que las razas pequeñas y los gatos lo hacen más lentamente que los perros.
Se consideran animales geriátricos:

  • Razas grandes de perros de 6 años en adelante.
  • Razas pequeñas de perros de 8-9 años en adelante.
  • Gatos de 9 años en adelante.
A medida que avanza la edad del animal disminuye su capacidad para ajustarse a los cambios, hay una reducción en las células corporales, (las viejas no se reponen en seguida) y las células supervivientes no trabajan tan eficientemente como antes. Los dos factores principales responsables de estos son:
  1. Envejecimiento, cambios físicos y del comportamiento.
  2. Lesiones acumuladas.


FACTORES FÍSICOS QUE ESTÁN DISMINUIDOS EN LOS ANIMALES GERIÁTRICOS.
  • Resistencia.
  • Agilidad.
  • Ritmo metabólico, disminución de un 20% que a menudo conduce a obesidad, destacando otros procesos patológicos geriátricos.
  • Poder regenerativo.
  • Nivel de proteínas.
  • Masa muscular, atrofia debido a que las células son menos eficientes y hay menor posición.
  • Masa ósea.
  • Respuestas inmunes, por lo que hay una mayor susceptibilidad a las enfermedades, incluyendo neoplasia.
  • Sentido del olor, vista, gusto y oído.
  • Pelo, se pierde pelo y decolora y aparecen pelos blancos en el morro.
  • Elasticidad de la piel, se engrosa un poco, formación de callos.
  • Habilidad para producir melanina, la nariz puede volverse rosa.

CAMBIOS EN EL COMPORTAMIENTO DE ANIMALES GERIÁTRICOS.
  • Olvidan las ordenes de obediencia básica y el comportamiento en la casa.
  • Irritables cuando se les molesta.
  • Reacciones lentas a estímulos.
  • Trastornos del sueño.
  • Menos adaptable a los cambios.
  • Desorientación.
  • Inapetencia.
-Lesiones acumuladas.

Las agresiones sostenidas durante una vida y la pérdida de la reserva funcional relacionada con la edad significan que la función máxima de un órgano se reduce con la edad. Esto se vuelve aparente cuando el animal se estresa por:
  1. Ejercicio intenso.
  2. Cambios en la rutina, hospitalización, cierre de una jaula.
  3. Cambios en la temperatura ambiental.
  4. Enfermedad.
  5. Anestesia.
  6. Nutrición inadecuada.
  7. Deshidratación.
Los animales geriátricos pueden sufrir un gran número de enfermedades que conllevan una disminución en la función celular y de los órganos. Todos estos factores se deberán tener en cuanta cuando se cuiden animales geriátricos.

ENFERMEDADES COMUNES EN LOS ANIMALES GERIÁTRICOS DEBIDA A LA DISMINUCIÓN EN LA FUNCIÓN CELULAR.

  • Neoplasia (oral, mamaria, prostática, prueba de función ocular).
  • Nefropatía crónica.
  • Cardiopatía crónica.
  • Diabetes mellitus.
  • Osteoartritis.
  • Fracturas óseas.
  • Enfermedad periodontal.
  • Problemas de oído/vista.
  • Constipación.
  • Incontinencia urinaria y fecal.
  • Obesidad.
  • Pérdida de peso.
-Alimentación
  • Necesidades dietéticas.
El tracto gastrointestinal de los animales geriátricos experimenta una reducción del tono muscular, de la capacidad para absorber nutrientes y la producción de secreciones gástricas. Por ello, es necesario ajustar la dieta y dividir la comida de 2 a 4 tomas diarias. El animal también puede necesitar estimulación para comer.

-Los factores a tener en cuenta son:
  • Incrementar la palatabilidad.
  • Incrementar la digestibilidad.
  • Proteína de alto valor biológico.
  • Fibra (ayuda a la función intestinal y se usa para controlar la obesidad, pero puede reducir la palatabilidad de la dieta).
  • Niveles de carbohidratos adecuados para mantener el peso corporal normal.
  • Suficientes vitaminas, minerales y ácidos gástricos esenciales (AGE)
  • Agua fresca disponible.
  • Obesidad: reducción de la grasa.
  • Cardiopatía: reducir sodio.
  • Nefropatia: Reducir el fósforo.
  • Hepatopatía: aumentar las vitaminas B, C, D y K.
-Monitorización de la ingesta de agua.

En los animales viejos, la ingestión de agua es ligeramente superior debido a la reducción en la eficiencia de los órganos, por lo que siempre deberán tener acceso a ella. Si un animal bebe por encima de los requerimientos promedios, se les dejará el agua suficiente para alcanzar sus necesidades diarias. Se informará al veterinario si la ingestión de agua es significativamente elevada o disminuida. La polidipsia se define como un exceso de ingestión de agua de 100ml/ kg/ 24 horas.
Se puede enseñar como monitorizar la ingesta de agua en casa y darles instrucciones de contactar con el consultorio si hay cambios importantes.

Tener en cuenta que la cantidad de humedad de la comida (es decir, pienso húmedo o seco) también afectará a la ingesta de agua

-Ejercicio.

Es necesario cambiar el régimen del ejercicio en los animales geriátricos por su reducción de la resistencia o sus enfermedades concurrentes. El ejercicio corto y frecuente es beneficioso, pues ayuda a mantener el movimiento de las articulaciones y el tono muscular, reduce las adhesiones y la rigidez y también ayuda a controlar la obesidad cuando camine:
  • Dar oportunidades frecuentes para orinar y defecar.
  • Observar la frecuencia de micción y defecación.
  • Observar cualquier cambio respiratorio o tos.
  • Mirar si cojea o tiene paso rígido.
  • Evitar cambios bruscos en la rutina.
En los pacientes letárgicos u hospitalizados la fisioterapia pasiva de las articulaciones de las extremidades puede ayudar a mantener la movilidad articular y el tono muscular.

-Estimulación mental:

Es posible que los propietarios y las auxiliares tengan que dedicar más tiempo a los animales geriátricos que a otros adultos más jóvenes. Aunque los viejos suelen dormir más a menudo, se benefician de una estimulación y unos cuidados extra.
Algunas maneras para estimularlos son:

  • Ejercicio.
  • Acicalamiento diario.
  • Juguetes nuevos e interesantes.
  • Televisión, radio, música, especialmente si el animal se queda solo.
  • Socialización con otros animales y gente.
  • Peces (en una pecera cerrada) para gatos viejos.





Información recogida del libro de Manual para auxiliares técnicos veterinarios de Margaret Moore y Gill Simpsom (Ediciones S)
Cristina López Algaba (Auxiliar Técnico Veterinario).